domingo, 26 de mayo de 2013


Árbol de navidad.
Recuerdo aún el bosque al que me llevaban mis papás cuando era niña, siempre se organizaban con toda la familia, primos, tíos, abuelos. Cada paseo se llenaba de discusión entre primos, no acabábamos de llegar al lugar cuando ya alguien se había peleado con otro más y sin embargo, nos gustaba tanto estar siempre juntos.  Los mayores platicaban tomando cerveza con limón, encendiendo una fogata para preparar carne y cocinar nopales, salchichas azadas, siempre el mismo aroma a leña encendida además de las frituras y el siempre calientito café de olla.
Los menores solíamos correr de un lado a otro,  escondiéndonos tras los árboles o tirados en el pasto rodando por las pequeñas colinas que se llegaban a formar.  En ese lugar nos dejaban elegir el árbol que, llegada la nochebuena, pondríamos adornado con doradas esferas, pequeños dulces y cientos de foquitos de colores.
Al llegar fin de año y con nuestras visitas al lugar, notábamos que había mucha más gente que el año anterior, había menos árboles en el bosque y los que quedaban eran cada vez más pequeños, el pasto seco y quemado por el frio y sin niños jugando en él; en cambio ahora habían caballos, renta de  motonetas, tirolesa y muchos comerciantes de comida y artesanías.
Hacía ya muchos años que no regresábamos a comprar un árbol natural de ese bosque y sin embargo esta navidad decidimos ir a recordar viejos tiempos, todo resultó muy triste aunque no una sorpresa, lo que conocí de niña como un enorme bosque, siempre verde con un agradable y fresco aroma de madera y leña que recolectábamos cerca de un pequeño río, ahora era simplemente un pequeño parque de diversiones, todo pavimentado y comercializado, lo más verde y natural que ahora  podemos ver son solo las pequeñas jardineras en la entrada del estacionamiento y los floreros del restaurant, el rio se secó y en su lugar llenaron un estanque de agua sucia y verde, sin peces pero con lanchas por el cual ahora cobran para poder ingresar
Ahora ya no venden árboles de navidad, los objetivos habían cambiado,  la gente dejó de preocuparse por conservar los espacios verdes de nuestra comunidad, los intereses económicos se dejaron notar y la corrupción permitió que se concedieran los permisos para destruir el bosque y construir un área de comercio y explotación forestal.
No sé cuántos bosques han sido destruidos y  olvidados  en el tiempo, tampoco sé cuáles fueron las razones que llevaron a su desaparición, lo único que sí es seguro es que este año no tendremos árbol de navidad en casa, y lo que es peor, tampoco tendremos un lindo y verde bosque lleno de árboles, ni aquí ni en otras localidades explotadas por los intereses económicos donde la tala ilegal e inequitativa de árboles ha ido acabando con ellos y con las especies que ahí vivían, no solo acaba con la vida animal, también con nosotros pues nos deja sin recursos, nos quita el oxígeno y nos atrapa en contaminación.
Esta navidad no habrá un gran árbol con luces, un paseo en el campo ni fogata en el bosque, pero también, muchas aves y especies se quedaron sin hogar, sin alimento y sin familia.

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